Lo que no está escrito.-




Querido don Rafael, me impongo complacido el tratamiento y por supuesto el “usteo” después de haber leído, sobrecogido, “Lo que no esta escrito”, su thriller psicológico, subgénero de novela negra, estructurado de manera tan original.

Excursión de fin de semana por la sierra como escenario, contemplado de lejos, a través del filtro de un secuestro novelado, por una espectadora-actora, complicada e implicada con lo que ha pasado y está pasando. Dos secuestros paralelos. ¿La misma salida? Tensión y pánico. Me ha gustado cómo resuelve su última novela.

Sus personajes están muy bien definidos. Marido y padre tanto más cabrón cuanto más fracasado. Perfecto hasta la nausea. Esposa y madre a la eterna defensiva, neurótica y pajillera. Como para demandar su incapacidad legal como tales. Si hubiera exámenes y reválidas para ello, hubiera obtenido el título “corruptione mediante”. El hijo, como consecuencia, un borderlaine hasta la exasperación, que empuja al lector a pensar tirarle el libro a la cabeza para tratar de despertarle y que remita a sus progenitores a mierda. La novia del padre, un punto final provisto de guadaña, susceptible de haber salido del laboratorio del Dr. Frankenstein. La madre se pierde, se pierde… La novela dentro de la novela pasa con  sabias pinceladas impresionistas por un buen pastiche, aunque eso no nos importa tanto sino el fin que pretende, y eso lo logra, del todo en la neurótica, y en el lector, en ocasiones, “tamquan per ignem”.

Tres historias —padre e hijo, madre,  y secuestro—  en una que es la verdadera tienen que conducirnos necesariamente al misterio. Explicar éste con facilidad le restaría credibilidad, y pienso que no lo requiere mientras se considere al hijo fronterizo. Funciona.

Tiene usted razón. Los lectores somos muy  entrometidos y muchas veces acabamos interpretando lo que no está escrito, en ocasiones lejos de ello, o incluso en otras contrariamente a lo que sí está escrito.

Si, usted, además, anima a que cada cual campe por sus respetos e interprete ad libitum lo que no está escrito, el misterio pasa a follón, y podemos encontrarnos con que a alguien se le ocurra  decir y diga que “lo que no está escrito” cuestiona de forma desvergonzada el mito de la familia. Con palabras gruesas: que se ha cargado usted la institución familiar. ¿Ha captado que al pronunciar esta última frase he bajado el tono,  y he impostado la voz para darle solemnidad?
(Pausa)

¿Lo hace? Pregunto. Ni se le ocurra contestarme. Aunque ya sé que es usted muy educado, y por no faltar —como si lo oyera— diría con una sonrisa todo horizonte que le gustan la aceitunas partidas.

Nunca hubiera escuchado mejor respuesta, porque Hegel me sabe a aceituna partida. No se asombre. Lo leí hace mas de mil años a base de cervecita y platito de olivas, y ya con Engels llegué al empachó y casi las aborrecí para siempre. Nunca entenderé que nadie haya podido leer a semejantes cabezones si no es empujándose con manzanilla y aceituna partida, bien amarga. No obstante, entiendo que a base de interpretar lo que está escrito y lo que no, cualesquiera pueden seguir pensando en la familia (love & onion) como palo del sombrajo que debe resistir el paso de todo ciclón, y hasta que llenen la plaza de Cristóbal y el Paseo del Prado y la Castellana entera con bendición urbi et orbe, y además le lleven flores a María. ¡Qué ciegos! Si estamos todos inmersos en la misma puta mierda.

Eso pasa por animar a que el lector interprete lo que le dé la gana, esté escrito o no. Dicen que es usted un decadente, un pesimista más triste que Schopenhauer, por lo que no sé como puede vivir sin que la mitad de la humanidad no se haya pegado un tiro con la recortada y la otra mitad no se haya arrojado al mar por  la borda de un crucero (los ricos y los jubilados), y los sujetos a un ERE, funcionarios y parados, a la vía del metro o a los pies de los caballos de la policía. Eso sí, previo gesto floral que ponga un detalle estético.

Mire, a pesar de todo lo que interpreten como quieran lo que no está escrito, estoy con usted, porque el mundo está de tal manera que me sorprende que no haya más recortadas, y que la gasolina siga siendo barata, porque lo que está corrupto no es solamente el sistema financiero, el político, y el social, sino nuestra propia cabeza. Lo que no alcanzo a adivinar es quien tiene la culpa, aunque me lo imagino. ¿Sabe usted de algo o alguien puro? Me preocuparía. ¡Si hace siglos no encontraron ni siete y hubo que prenderle candela a todo!

Pero volviendo a lo que está escrito. Exageraría, y además usted no me tomaría en serio, si dijera que lo que no está escrito es una obra maestra como decimos de La metamorfosis de Kafka, o de En el corazón de las tinieblas de Conrad, o de La Familia de Pascual Duarte de Cela, pero sí digo, sin exagerar, que es usted un maestro y que es su mejor novela hasta ahora. No me sorprende que su colega Antonio, diga que es la novela que a él le gustaría haber escrito. Es listo el tío. Y a mí. Muy cordialmente.
© jcll. Preludio. Noviembre 2012.

6 comentarios:

  1. Vaya por delante que no he leído nada de Roig pero confieso que así, con una crítica tan alejada de lo corriente, la curiosidad se despierta y las palabras azuzan hacia la lectura de la novela.
    Desgraciadamente los tiempos son malos, tanto o más que hace cincuenta años, para las familias que entonces habían de fragmentarse en mil pedazos únicamente persiguiendo el humano deseo de seguir comiendo.
    Ahora, con creencias o sin ellas, en los domicilios familiares, por lo que yo observo, además de los efectos devastadores de haber vivido por encima de toda realidad, se puede comprobar lo poco o nada que queda de humanismo cuando lo que se "pelea" es por seguir disfrutando de las prebendas que no se han tenido que ganar y que en muchas ocasiones, a la postre, devendrá en miseria colectiva como la de antes, la de hace medio siglo.
    Hace bien don Rafael Roig en obviar el final de su historia -si es que es aí-, nada más tremendo que la incertidumbre.
    Saludos.

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    1. Rafael Reig es un referente imprescindible en el panorama literario actual. "Lo que no está escrito" sin duda es su mejor novela, en la que aparece un cambio a su voz narrativa, dándole mayor gravedad, sin prescindir de su punto muy ácido, en la que expone más a los personajes. Son más ellos mismos y tienen menos de él. Como buen escritor refleja la realidad en la que estamos inmersos, por dura que sea, para dejarla al sol.
      Muchas gracias, Vicenta, por el comentario. Saludos

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  2. Desde que Rafael Reig ganó el premio Tusquets Editores de novela con “Todo está perdonado” y el jurado la calificó de novela compleja que reinterpretaba con un enfoque inédito los últimos años de nuestra historia me convertí en fiel seguidora de Rafa Reig, y su blog es uno de los principales de mi lista.
    Cuando lei la novela me causó una buena impresión su forma de escribir agil, sazonada de humor y agria de Rafael Reig.
    Ya estaba predispuesta a leer “lo que no está escrito” y aguardaba con otros encima de la mesa el momento de su lectura. Tu recomendación le da prioridad.
    Un abrazo

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  3. Ante una reseña tan bien elaborada sobran las palabras, solo queda leer el libro que tan magistralmente nos reseña. Habrá que saber que es "lo que no está escrito" dentro de lo escrito y que, tratándose de Rafael Reig, estoy completamnete seguro estará bien escrito.

    Solo me queda felicitarle por su exposión y saludarle cordialmente.

    Fran S.
    Fran


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  4. Seguro, Bárbara, que te encanta. Su autor planta una puesta escena brillante con una prosa magnífica. A mi me pasó, cuando la empecé a leer, algo parecido a lo del vals de Sabina. Que me dieron, las once y las doce..., y al amanecer me encontró el sol despierto mientras leía la ultima pagina. Un abrazo.

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  5. Muchas gracias por la visita y su comentario. Cierto que no se equivoca. "Lo que no está escrito" está bien pensada, bien ejecutada y el resultado es una novela que no deja indiferente. Atrapa. Todo el mérito es de Rafael Reig. Saludos.

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