No creo en los
propósitos. Acaban siendo causa de nuevas frustraciones. Y es que a cierta
altura de la vida de uno ya todo es historia. En especial historia de los
errores. Sin embargo para no cerrar ese libro, con cierto caudal de esperanza
todavía, cabe pretender tenerlos: nuevos propósitos, nuevos errores y nuevas
frustraciones que tejerán historia que añadir al libro. Al cabo lo que importa
de verdad es el acontecer que se queda en la memoria. Y mientras acontece no
hay arruga, sino vida. La arruga sólo es pasado.
Por causas que yo sé
deberá ser, será bueno el orden y el método: Un solo libro, un solo escrito, un
solo proyecto hasta el final, y vuelta a empezar, porque detrás de Alfa viene
Beta, y detrás de Gamma, Delta, y Omega solo puede ser el final. Suena
cartesiano, pero es eficaz.
Ánimo y a por el escrito que llevas entre manos...
ResponderEliminarFeliz 2013.
Un saludo.
Muchas gracias, Vicenta, tus palabras siempre son felizmente animosas. Hay que reconocer que es un don muy apreciable. Saludos, extensivos a tu maravillosa familia.
ResponderEliminarMaestro, qué es lo que leo, que ha caído Ud. en el desanimo que me encierra a mí (casi ya va para un lustro, je je) varios años.
ResponderEliminarNo puede ser verdad, Ud. tiene tablas en esto de escribir y no se puede permitir el lujo de mandar con aire fresco a su talento natural.
Yo como humilde alumna desaplicada le ruego que me llene los ojos y hasta el alma con sus relatos, con como agua en primavera.
Un beso Maestro.
Perdón quería decir
ResponderEliminarSon como agua en Primavera. (razón de vida)