Coral Glynn de Peter Cameron.


Coral Glynn es la segunda  novela traducida al castellano del escritor americano Peter Cameron. Ha sido publicada por Los libros del Asteroide. Su autor de una manera sutil transita por vericuetos insólitos en una novela de soledad y dolor. Cada página de su libro es una sorpresa de la mano de unos personajes adustos, muy perfilados, pero complejos en su aparente simplicidad. La misma que muestran sus diálogos al esconder la realidad que subyace. Pero sobre todo, se trata de una novela de amor  casi melodramático que de alguna manera nos trae ecos de las grandes escritoras británicas del XIX. No arranca, en medio de lo sorprendente, emociones, sino gestos  perturbadores por la manera de ir resolviendo la trama de un amor desconcertante y, por ello mismo, perfectamente razonable.

Esta idea está en el punto culminante de la obra de Peter Cameron que resume en un breve diálogo que no puedo transcribir textualmente porque el autor y el editor lo prohíben, y que define lo que el personaje principal entiende por amor, sin saber que lo ha vivido. En esa modalidad de exposición sencilla, y con una argumentación escueta, acorde con la pureza de sus personajes, Cameron obtiene de ellos el modo concreto y vivo de su devenir lógico, aunque inesperado. El espacio de posibilidades fecundado por el límite entre lo lógico y lo sorprendente, abre el ámbito de lo real, por más que resulte increíble para nosotros en un puritano escenario británico de mediados del siglo pasado en el que se desarrolla la relación entre la enfermera Glynn y el comandante Hart. Su historia de amor logra su concreción existencial al discurrir por una vía sin variaciones extrañas por más que lo parezca. Ambos personajes son parecidos en su cotidiana soledad tan terrible, de ahí que todo resulte increíblemente lógico. Coral y Clement son dos sujetos, en el mejor sentido kantiano, para quienes sus relaciones y sus decisiones, en consecuencia, resultan de su naturaleza asumida y elegida de manera inexorable.

La novela de Peter Cameron muestra un equilibrio entre el espacio y el tiempo en los que se mueven sus personajes como en un tablero de ajedrez, donde cada movimiento se desarrolla dentro de una lógica que afecta a unos sentimientos que no son lo que parecen. Son otros los que esconden.  En Coral Glynn todo es ordenado y bien compuesto, incluso diríase que extrañamente armónico, sin embargo no es lo sonoro lo que prevalece sino lo visual, la imagen muy definida que entra por los ojos, sin perjuicio de un lenguaje muy depurado y sobrio.

Una novela que, desde mi punto de vista muy subjetivo, cabe leer en una tarde apacible y gris, sin contrastes de luces y sombras, porque tratándose de una historia de amor, es un amor lo menos platónico que pueda darse, y por ende resulta, quizás, más bello.