"El error de los supuestos"

—Oye, Leo, ¿tú le dices a tu mujer: “te quiero”?
—Pero, Bren, ¿de qué vas? ¿Estás de guasa, no?
—Te lo pregunto en serio.
—¿Y a qué viene tanta tontería?
—Es que a mí  tampoco se me ocurre decírselo a Filo.
—Muy lógico. ¿Lo quieres?
—¿Tú estás loco?
—Entonces, ¿qué importa?
—Que tampoco a ti te lo digo.
—Bueno, pero  se supone.

—Eso exactamente se cree mi marido.

Terminal

A pesar de una resistencia numantina, todas y cada una de las pruebas fueron resultando positivas. El cáncer era terminal. 
© Preludio. 11 de septiembre 2015. 

La tormenta

Lo mejor de la tormenta de esta tarde,  el  trueno  y la fragancia de la salvia, del romero  y  del espliego.  La insolencia de la ruda y la inflorescencia  del acanto se mostraban débiles. Los pies anclados en los charcos del camino. Las gotas de agua en la hoja del pino parecían llanto.Gritos en la densa  tarde que bajaba a raudales del monte, mientras el cielo se suicidaba con puñales.