Redescubrir a Tanizaki

Tanizaki, en el  Elogio de la sombra pretende reflejar la tensión existente entre oscuridad y claridad, algo así como el contraste que desprende “un negativo” a contraluz. En su ensayo literario, Tanizaki reprueba el mundo demasiado brillante de Occidente y celebra la riqueza de la penumbra, como fuente de ambigüedad y de relieve. Los lugares muy iluminados son demasiado limpios, sin misterio y sin historia. 
Tanizaki envida por el disfrute y la tranquilidad de la oscuridad, por las capas que el tiempo deposita en la superficie de las cosas y que las dotan de atractivo. No se trata tanto de explorar lo oscuro de la noche sino  más bien la iluminación ambigua de la oscuridad. 
Una oportunidad para pensar el mundo desde esa extraña luz y tratar de comprender el alcance de un tiempo en sombra y a la vez demasiado iluminado. La sombra es bella.

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